Se busca la unidad conceptual de los tres edificios mediante el predominio de la horizontalidad junto con la plasticidad que aporta la relación entre el lleno y el vacío, potenciando elementos rectangulares y cuadrados como únicos elementos de composición.
Los conceptos «lleno-vacío» y «oscuridad-luz» van a ser los que, mediante la composición plástica de los materiales, nos trasladen a un aspecto formal, y junto con la proporción y la asimetría van a ser los elementos de apoyo básicos a la arquitectura
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Este concepto se traslada tanto al exterior como al interior, y sobre todo a la escala, ya que se diseñará con el mismo criterio cualquier elemento (puente, banco, farola, paramento), potenciando el concepto de conjunto escultórico visualmente al exterior al mismo tiempo que la funcionalidad interior, haciendo de esta manera partícipe del edificio a toda persona, usuario o no del Centro.
Para potenciar todos estos criterios se han utilizado dos materiales, la piedra como elemento pesado, relacionado con la tradición del comercio de la villa, y bandejas de composite de aluminio, como elemento moderno, ligero, innovador, que se superpone al anterior, avanza en los nuevos conceptos de tecnología, y lo vincula con una imagen de proyección comercial al exterior.
Estos criterios, razonamientos y plasmación de intencionalidades, tienen su culminación con la aparición de los elementos de luz y sombra. Estos elementos inherentes a la arquitectura hacen posible que se potencie la horizontalidad, la plasticidad de los elementos compositivos y la potenciación de la relación entre el material tradicional y el moderno.
Con esta composición de luz se consigue que la vida visual del edificio cambie con el día y la noche, conservando su unidad pero cambiando su percepción visual, siguiendo los mismos criterios compositivos antes descritos.