Su implantación, al borde del mar, y su entorno, caracterizado por la existencia de edificios dedicados a actividades náuticas, algunos de ellos de gran valor arquitectónico (Instituto Oceanográfico, Aula de la Escuela de Náutica), y con un paisaje magnífico, con un panorama de la bahía marcado por las formas sencillas, así como el compromiso inequívoco de integración en el entorno urbano, han condicionado la respuesta arquitectónica, planteándose un edificio con una distribución en planta concisa y perfectamente articulada, destacándose la ortogonalidad de paramentos, dando como resultado unos alzados sencillos y claros, marcados por el optimismo, la luz, el aire y la policromía de tonos cálidos.
Su implantación, al borde del mar, y su entorno, caracterizado por la existencia de edificios dedicados a actividades náuticas, algunos de ellos de gran valor arquitectónico (Instituto Oceanográfico, Aula de la Escuela de Náutica), y con un paisaje magnífico, con un panorama de la bahía marcado por las formas sencillas, así como el compromiso inequívoco de integración en el entorno urbano, han condicionado la respuesta arquitectónica, planteándose un edificio con una distribución en planta concisa y perfectamente articulada, destacándose la ortogonalidad de paramentos, dando como resultado unos alzados sencillos y claros, marcados por el optimismo, la luz, el aire y la policromía de tonos cálidos.